El Ártico se convierte en emisor neto de gases de efecto invernadero, alerta la NOAA
La tundra ártica está liberando gases de efecto invernadero almacenados durante milenios bajo su suelo helado, según informó la Agencia Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA). Este cambio significa que el Ártico ahora emite más carbono del que almacena, agravando el impacto del cambio climático.
Oso polar descansando sobre hielo
El Informe Ártico 2024 de la NOAA reveló que las temperaturas superficiales en la región alcanzaron el segundo registro más alto desde 1900. El calentamiento global afecta al Ártico de dos maneras:
- Estimula el crecimiento de plantas que absorben CO2
- Provoca el descongelamiento del permafrost, liberando carbono y metano
Los incendios forestales, cada vez más frecuentes, agravan la situación:
- Queman vegetación y materia orgánica
- Eliminan capas aislantes que aceleran el deshielo
- Emiten un promedio de 207 millones de toneladas de carbono al año desde 2003
2023 fue el año más crítico debido a los incendios forestales canadienses, que emitieron casi 400 millones de toneladas de carbono, superando más de dos veces y media las emisiones de todos los demás sectores del país.
Otros impactos significativos incluyen:
- El Ártico se está volviendo más húmedo, con 2024 como el verano más lluvioso registrado
- La población de caribúes ha disminuido un 65% en las últimas dos o tres décadas
- Aumenta la erosión costera, amenazando comunidades indígenas
Sorprendentemente, las poblaciones de focas de Alaska (anilladas, barbudas, manchadas y de cinta) mantienen buena salud en los mares de Bering, Chukchi y Beaufort, sin impactos negativos significativos en su desarrollo y reproducción.
Los expertos advierten que esta transformación del Ártico de sumidero a fuente de carbono podría tener consecuencias globales, afectando a comunidades en todo el mundo.