Numerosos africanos se han unido a las fuerzas rusas desde el inicio de la invasión de Ucrania en 2022, algunos voluntariamente y otros engañados por falsas promesas de trabajo bien remunerado.

Los reclutados denuncian ser utilizados como "carne de cañón", enviados a misiones suicidas en primera línea mientras los soldados rusos permanecen en el campamento. Muchos son atraídos mediante agencias que prometen trabajos civiles en Rusia con altos salarios, pero al llegar son forzados a firmar contratos militares.

Samuel, un camerunés con formación científica, compartió su experiencia tras ser engañado: "Me prometieron trabajo como portero en un campamento militar ruso, pero me entregaron un Kalashnikov". Ahora enfrenta misiones peligrosas sin equipamiento adecuado, principalmente contra drones y minas ucranianas.

Los africanos reclutados reportan:

• Contratos adulterados sin copias
• Salarios no pagados
• Torturas por negarse a combatir
• Falta de equipo de protección
• Alta mortalidad en primera línea

Las autoridades de varios países africanos han sido acusadas de encubrir este tráfico de personas. Mientras India logró repatriar a 45 ciudadanos en situación similar, muchos gobiernos africanos niegan conocimiento del problema.

El reclutamiento ocurre a través de:

• Agencias de viaje fraudulentas
• Redes de traficantes
• Liberación condicionada de presos
• Promesas de ciudadanía rusa

Los testimonios revelan que los africanos son utilizados principalmente para avanzar en territorio minado, sufriendo grandes pérdidas. Un informe estadounidense estima que cada kilómetro cuadrado ganado por Rusia cuesta más de 50 vidas.

Samuel, quien ahora arriesga su vida para alertar sobre esta situación, concluye: "Venimos aquí a morir en una guerra que no entendemos. Los africanos deben saber la verdad y dejar de venir a morir aquí".

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