Padre Santo, en este año venidero deseo mantener firmes mis principios y que la dignidad siga siendo mi guía, evitando acciones de las que pueda arrepentirme.

Ruego que se respete la autenticidad de nuestros grupos folclóricos, especialmente las danzas rituales que tienen fechas y contextos específicos. Los grupos de proyección folclórica existen precisamente para representar estas tradiciones fuera de su entorno original, sin necesidad de desarraigar las manifestaciones auténticas.

Al partir de este mundo, deseo que sean mis hijas quienes cumplan mis últimas voluntades. No quiero colectas para galletitas y café, ni que conviertan mi funeral en una celebración. Rechazo los discursos hipócritas de quienes nunca estuvieron presentes en vida, así como la presencia de grupos artísticos "amenizando" mi despedida.

Solo anhelo una misa sencilla, sin los tradicionales nueve días que suelen convertirse en espectáculo. Quiero partir en paz, sin que mi muerte se convierta en motivo de festejo o chismes.

Es importante que las editoriales contraten críticos competentes para revisar los textos sobre cultura dominicana, evitando errores como confundir el priprí (baile festivo) con danzas de carnaval, o la ubicación incorrecta de bailes tradicionales como el pasapié y el machacó.

Que se mantenga la verdad histórica: el pasapié fue descubierto por Fradique Lizardo en Río Limpio, Elías Piña, no en Loma de Cabrera, y el baile machacó es originario de Río Grande, Altamira, Puerto Plata, no de Río Limpio.

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