República Dominicana enfrenta en solitario el colapso de Haití
La República Dominicana enfrenta sola la crisis de Haití en medio de un colapso institucional y humanitario sin precedentes. A pesar de los llamados internacionales de auxilio, solo 430 policías (principalmente de Kenia) y $85.3 millones han llegado al territorio, una respuesta insuficiente ante la magnitud de la crisis.
El Consejo Presidencial de Transición, establecido en abril, muestra debilidad y divisiones internas. De sus 18 miembros originales, solo 8 mantienen sus cargos, evidenciando la inestabilidad política persistente.
Las bandas armadas han intensificado la violencia, llegando incluso a atacar aviones comerciales estadounidenses en el aeropuerto de Puerto Príncipe. Estados Unidos, que prometió $300 millones, ahora solo propone convertir la actual misión en una fuerza de paz de la ONU.
La situación se complica por la reticencia de China y Rusia ante las propuestas estadounidenses, mientras la ONU arrastra un historial controversial en Haití, incluyendo la introducción del cólera y casos de abuso durante su intervención 2004-2017.
Leslie Voltaire, presidente del Consejo Presidencial, reconoce una "parálisis casi total de la vida económica y social". La hoja de ruta del nuevo primer ministro Alix Didier Fils-Aime parece irrealizable ante la magnitud de los problemas.
La República Dominicana continúa sus deportaciones masivas, apuntando a 10,000 expulsiones semanales, mientras enfrenta desafíos internos como la corrupción fronteriza y el impacto en sectores productivos que dependen de la mano de obra haitiana.
El panorama se presenta especialmente crítico para la República Dominicana, que debe manejar sola las consecuencias de esta crisis ante la indiferencia internacional.