La industria de los videojuegos emplea a más de 250,000 personas en Europa, Estados Unidos y Canadá, pero continúa siendo un sector predominantemente masculino donde las mujeres enfrentan importantes desafíos.

Cinco años después de los primeros escándalos de acoso en la industria, numerosas empleadas continúan reportando discriminación y comportamiento sexista. Casos destacados involucran a gigantes como Ubisoft y Activision Blizzard, donde varios ejecutivos fueron despedidos o dimitieron por estas conductas.

Las mujeres representan solo el 25% del personal en los estudios de videojuegos, mientras que constituyen casi la mitad de los jugadores a nivel mundial. La disparidad es aún mayor en roles técnicos, donde representan menos del 10%, y en puestos directivos, ocupando solo el 20%.

Las empresas han implementado medidas como:

• Plataformas de alerta anónima
• Programas de formación para directivos
• Iniciativas de diversidad en equipos
• Equipos especializados en relaciones laborales

Sin embargo, persisten importantes obstáculos:

• Dificultad para acceder a financiamiento
• Menor representación en puestos técnicos
• Discriminación en roles de liderazgo
• Temor a represalias por denunciar

La crisis económica actual del sector amenaza con revertir los avances logrados, ya que las mujeres están sobrerrepresentadas en puestos de menor jerarquía y son más vulnerables a los despidos. Además, los programas de diversidad podrían verse afectados por recortes presupuestarios.

A pesar de las mejoras graduales - el porcentaje de mujeres aumentó del 15% en 2018 al 24% en 2023 en el mercado francés - la industria aún requiere cambios significativos para alcanzar la equidad de género y crear un ambiente laboral verdaderamente inclusivo.

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