La Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense ha solicitado a SpaceX investigar la destrucción de su nave Starship, ocurrida durante el lanzamiento del 16 de enero desde Texas. El incidente provocó alteraciones en decenas de vuelos comerciales en el Caribe.

El evento generó una espectacular lluvia de restos en llamas visible en amplias zonas del Caribe. American Airlines modificó al menos 10 vuelos, Delta Airlines cuatro, y otras aerolíneas como Qantas tuvieron que ajustar sus rutas entre Sudáfrica y Australia.

A pesar de la pérdida de la nave, SpaceX logró recuperar intacta la primera etapa del cohete (Super Heavy) mediante la torre de lanzamiento y sus brazos mecánicos 'Mechazilla', marcando el segundo éxito en este tipo de maniobra de recuperación.

El mismo día, Blue Origin lanzó su cohete New Glenn, alcanzando la órbita con su segunda etapa aunque perdiendo la primera etapa que debía aterrizar en el Atlántico.

Este episodio generó un momento notable entre Elon Musk y Jeff Bezos, tradicionales rivales en la industria espacial. Musk felicitó públicamente a Bezos por el logro orbital de New Glenn, compartiendo posteriormente referencias cinematográficas que sugieren un acercamiento entre ambos empresarios.

La FAA confirmó que no se han reportado heridos por la caída de los restos de la nave, aunque el incidente requirió una significativa reorganización del tráfico aéreo en la región del Caribe.

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