Las recientes reformas constitucionales en Nicaragua, impulsadas por Daniel Ortega, han generado preocupación internacional por su impacto en la democracia del país. Estas modificaciones fortalecen el control del gobierno y benefician directamente a Rosario Murillo, actual vicepresidenta y esposa de Ortega.

Las principales reformas incluyen:

1. Eliminación del límite de mandatos presidenciales, permitiendo la reelección indefinida.

2. Ampliación de facultades para la vicepresidencia, otorgando mayor poder ejecutivo a Rosario Murillo.

3. Control directo sobre las Fuerzas Armadas, centralizando el poder militar en la presidencia.

4. Modificación del sistema judicial para aumentar la influencia del ejecutivo.

5. Nuevas restricciones a partidos políticos opositores.

6. Mayor control sobre los medios de comunicación y redes sociales.

7. Reforma del sistema electoral para favorecer al partido gobernante.

8. Ampliación de poderes en estados de emergencia.

9. Control sobre organizaciones no gubernamentales y sociedad civil.

10. Modificación de los requisitos para ocupar cargos públicos.

Estas reformas han sido criticadas por organismos internacionales y defensores de derechos humanos, quienes advierten sobre el deterioro democrático en Nicaragua. Los cambios consolidan un sistema autoritario y dificultan la alternancia en el poder, afectando directamente los derechos y libertades fundamentales de los nicaragüenses.

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por estas modificaciones constitucionales, que representan un retroceso significativo para la democracia en Centroamérica y establecen un precedente preocupante para la región.

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