Manifestantes desplazados en Haití intensificaron sus protestas en las cercanías de Puerto Príncipe, exigiendo acciones concretas contra las bandas armadas que les impiden regresar a sus hogares. Los manifestantes lanzaron piedras y construyeron barricadas en llamas como medida de presión.

Los residentes de Solino, actualmente dispersos en varios campamentos, protestaron contra la inacción de las autoridades frente al deterioro de la seguridad. En Canapé-Vert, cientos de manifestantes causaron importantes congestionamientos, mientras que en otras zonas se reportaron barricadas incendiadas, provocando el cierre de instituciones educativas.

La situación es particularmente crítica ya que las bandas armadas controlan aproximadamente el 85% del territorio de Puerto Príncipe. Se reportan disparos esporádicos en varios barrios, especialmente en Fort National, donde la coalición Vivre Ensemble ha intensificado sus ataques.

La zona de Carrefour-feuilles también ha sido blanco de la violencia, forzando a numerosas familias a abandonar sus hogares. El Sindicato de la Policía Nacional de Haití (SPNH-17) se manifestó frente a las oficinas del primer ministro, exigiendo recursos como lanchas, vehículos blindados, armas, drones y helicópteros para combatir a las pandillas.

La crisis se agravó con el reciente asesinato de un oficial keniano durante una operación conjunta entre la Fuerza Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) y la Policía Nacional de Haití en la base de Gran Griff. Este es el primer fallecimiento de un miembro del MSS desde su llegada a Haití en junio de 2024.

A pesar de la presencia de fuerzas internacionales, la inseguridad continúa expandiéndose por la capital, con las bandas armadas conquistando nuevos territorios en la región metropolitana de Puerto Príncipe. El Ministerio de Defensa de Haití expresó su consternación por la muerte del oficial keniano, reconociendo su sacrificio en el cumplimiento del deber.

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