Hace cinco años, la OMS fue notificada sobre casos de una "neumonía de origen desconocido" en Wuhan, China, marcando el inicio de la covid-19, la pandemia más severa del último siglo.

Las cifras oficiales indican 7 millones de fallecidos, aunque la OMS estima que la cifra real podría superar los 20 millones. Los contagios confirmados alcanzan 777 millones, con muchos casos sin reportar debido a su levedad.

La pandemia emergió el 31 de diciembre de 2019, cuando Wuhan reportó 27 casos de neumonía vinculados al mercado de Huanan. La OMS declaró emergencia internacional el 30 de enero de 2020 y pandemia el 11 de marzo, tras confirmarse la transmisión entre humanos.

El 2020 se caracterizó por confinamientos globales y restricciones de transporte. Los científicos desarrollaron vacunas en tiempo récord, empleando tecnologías innovadoras como el ARN mensajero, mientras el virus evolucionaba hacia variantes más contagiosas pero menos letales.

Actualmente, aunque los confinamientos masivos son cosa del pasado, la covid-19 sigue presente con aproximadamente 4,000 muertes mensuales. El covid persistente afecta al 6% de los casos graves, manifestándose con síntomas prolongados que pueden durar meses.

La OMS trabaja en un tratado internacional para mejorar la preparación ante futuras pandemias, buscando evitar errores en la distribución de recursos médicos y garantizar una respuesta más efectiva. Sin embargo, enfrenta resistencia de países desarrollados, especialmente en temas como la flexibilización de patentes farmacéuticas.

La vacunación continúa siendo crucial, especialmente para grupos de riesgo, y se ha demostrado que reduce a la mitad el riesgo de desarrollar covid persistente. Los expertos enfatizan que el virus ha llegado para quedarse, requiriendo vigilancia y adaptación continua de las estrategias de salud pública.

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