Velocidad ofensiva: el arte del robo de bases en el béisbol

Velocidad ofensiva: el arte del robo de bases en el béisbol

By Manuel Alejandro Ramírez Ortiz

March 22, 2025 at 10:16 AM

La velocidad en el béisbol como herramienta ofensiva se puede medir de diversas formas. Una de ellas es la capacidad del jugador para tomar bases adicionales: llegar a tercera desde primera con un sencillo, anotar desde segunda con un hit, o alcanzar el plato desde primera con un doble.

El robo de bases requiere más que velocidad pura. Es fundamental tener instinto para identificar el momento preciso de iniciar la carrera, considerando el movimiento del lanzador, la trayectoria de la bola y la capacidad del receptor. Esta jugada genera gran emoción y representa un duelo de habilidades que, aunque ocurre en segundos, requiere minutos de preparación estratégica.

Un robo fallido resulta muy costoso para el equipo. Una situación favorable con corredor en primera sin outs puede convertirse en una desventaja con un out y bases vacías. Se necesita un mínimo de 75% de efectividad en los intentos de robo para que esta estrategia sea beneficiosa.

Rickey Henderson, el mayor robador de la historia, logró 1,406 bases robadas con 335 atrapados (80.8% de efectividad). Tim Raines consiguió 808 robos con 146 atrapados (84.7% de efectividad), siendo líder en porcentaje de éxito.

En 2023, Shohei Ohtani estableció un récord con 59 bases robadas en 64 intentos (94% de efectividad), superando la marca del dominicano Willy Taveras de 2008 (68 robos en 75 intentos, 91% de efectividad). Son los únicos jugadores en la historia con más de 60 intentos y un porcentaje superior al 90% en una temporada, combinando volumen y eficiencia.

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