El presidente Donald Trump firmó un decreto ejecutivo destinado a "eliminar" el Departamento de Educación de Estados Unidos, una medida que marca un giro significativo en la política educativa del país.

La orden ejecutiva, firmada en la Casa Blanca rodeado de alumnos, instruye a la secretaria de Educación, Linda McMahon, a tomar las medidas necesarias para facilitar el cierre del departamento y transferir la autoridad educativa a los estados.

Aunque el Departamento de Educación, establecido en 1979, no puede ser cerrado sin la aprobación del Congreso, el decreto puede limitar significativamente sus fondos y personal. La medida forma parte de una reforma más amplia del gobierno federal, llevada a cabo con la colaboración del empresario Elon Musk a través de la comisión DOGE.

Puntos clave del decreto:

• Busca devolver el control educativo a los estados
• Mantendría funciones críticas como préstamos y becas estudiantiles
• Afectaría principalmente a escuelas de bajos recursos
• El 13% de la financiación educativa proviene del gobierno federal

La medida ha generado reacciones divididas: los republicanos la apoyan como un paso hacia la autonomía estatal, mientras que los demócratas, liderados por Chuck Schumer, la califican como "destructiva" y "tiránica".

El impacto podría ser significativo para:

• Escuelas de bajos ingresos
• Estudiantes con necesidades especiales
• Programas de protección de derechos civiles
• Sistema de préstamos estudiantiles

Esta acción se suma a una serie de desmantelamientos de agencias gubernamentales bajo la administración Trump, aunque recientemente un juez federal bloqueó una medida similar para la USAID por posibles violaciones constitucionales.

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