Marco Rubio, Secretario de Estado de Estados Unidos, se encuentra en Guatemala buscando cooperación en materia migratoria mientras se reúne con el presidente Bernardo Arévalo, quien espera respaldo estadounidense para fortalecer su posición en el poder.

En su primera gira por América Latina como jefe diplomático, Rubio, un cubano-estadounidense conocido por su oposición a gobiernos izquierdistas, busca reforzar lazos con líderes conservadores de la región. Guatemala representa una excepción, pues aunque Arévalo es socialdemócrata, ha mantenido una relación pragmática con el gobierno de Trump.

Guatemala ha demostrado ser un "aliado extraordinario" en temas migratorios, aceptando vuelos militares con deportados y manteniendo relaciones diplomáticas con Taiwán. El país centroamericano, con aproximadamente 3,2 millones de sus ciudadanos viviendo en Estados Unidos, enfrenta desafíos de pobreza, violencia e inestabilidad política.

La visita ocurre mientras Trump implementa cambios significativos en la política migratoria, incluyendo el desmantelamiento de USAID, que en 2023 ejecutó proyectos por 178 millones de dólares en Guatemala.

Durante su gira, Rubio también visitó Costa Rica y Panamá, donde advirtió sobre la influencia china en la región. En El Salvador, el presidente Bukele ofreció recibir prisioneros estadounidenses, mientras que en República Dominicana, el presidente Abinader mantiene una política migratoria estricta hacia Haití.

La cooperación de Guatemala contrasta con la postura inicial de Colombia, que después de abogar por un mejor trato a los deportados, rectificó su posición ante amenazas de represalias por parte de Trump.

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