El primer ministro haitiano, Alix Didier Fils-Aimé, condenó enérgicamente la reciente ola de violencia perpetrada por bandas armadas en diversos barrios de Puerto Príncipe, expresando su solidaridad con la población afectada.

El gobierno ha implementado medidas inmediatas para asistir a las víctimas y proteger sus derechos fundamentales, particularmente el derecho a la seguridad. Fils-Aimé enfatizó su compromiso con el restablecimiento del orden público y llamó a la unidad nacional para acabar con el ciclo de violencia.

La situación se tornó crítica cuando residentes del barrio Solino, una de las últimas zonas no controladas por pandillas, se vieron forzados a evacuar debido a intensos enfrentamientos entre la policía y la coalición de pandillas Viv Ansanm. Los habitantes abandonaron sus hogares llevando consigo sus pertenencias básicas, evidenciando la gravedad de la crisis de seguridad que enfrenta la capital haitiana.

El primer ministro reiteró su determinación de trabajar en conjunto con todos los sectores de la sociedad para encontrar una solución duradera a la crisis de violencia que afecta al país.

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