Los estudiantes del Liceo Isidro Antonio Estévez de Blanco, en Tenares, provincia Hermanas Mirabal, se ven forzados a recibir clases en una funeraria y un "rancho" sin instalaciones sanitarias debido al lento avance en la construcción de su centro educativo, que solo ha alcanzado un 15% de progreso.

Durante dos meses, los estudiantes han tenido que adaptarse a estas condiciones inadecuadas, expresando su incomodidad y solicitando una intervención urgente del Ministerio de Educación para resolver su situación.

Eduardo Hidalgo, presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), calificó la situación como alarmante, criticando la gestión del Ministro de Educación Ángel Hernández. Señaló que resulta cuestionable que en cinco años la construcción solo haya avanzado un 15%, especialmente cuando existen recursos disponibles para la inversión.

Hidalgo expresó su preocupación por los riesgos de salud que enfrentan los estudiantes y el personal, aun cuando las actividades funerarias están suspendidas. Sugirió la implementación de aulas móviles como solución temporal para proteger la salud de la comunidad educativa.

Jacob Casado, director distrital, reconoció la responsabilidad del Ministerio en esta situación, aunque aclaró que la decisión de utilizar la funeraria como espacio educativo no provino de su administración.

El caso refleja una problemática más amplia en el sistema educativo nacional, donde la falta de planificación y visión está afectando el desarrollo adecuado de las actividades académicas, pudiendo llevar a una eventual paralización de las clases.

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