
Para desmemoriados y millennials
En el contexto actual de creciente delincuencia e inseguridad ciudadana en República Dominicana, surge una preocupante tendencia: algunas voces claman por un gobierno de "mano dura", un eufemismo que enmascara el deseo de una dictadura. Esta postura ignora las atrocidades cometidas durante los 31 años de la tiranía trujillista, un régimen tan represivo como el nacionalsocialismo de Hitler o el comunismo de Stalin.
La democracia, a pesar de sus imperfecciones, garantiza el respeto a la vida y la dignidad humana. Es responsabilidad del Estado democrático proporcionar seguridad a sus ciudadanos. En contraste, las dictaduras no solo violan los derechos fundamentales, sino que frecuentemente fomentan la delincuencia como herramienta de control social, recordando los terroríficos "cepillos" del SIM durante la Era de Trujillo.
Quienes añoran una dictadura como solución a los problemas actuales - desde la mendicidad hasta el caos vial - ignoran que la aparente "tranquilidad" bajo regímenes totalitarios viene a costa de una represión brutal que ni sus propios defensores podrían tolerar. El precio de esta falsa paz es demasiado alto.
Es importante recordar que el totalitarismo, sea de izquierda o derecha, produce los mismos resultados devastadores. Muchos que lucharon contra Trujillo, incluso aquellos que perecieron en las montañas y cárceles clandestinas, creían erróneamente que una dictadura del proletariado sería diferente. Los ejemplos de la URSS y Cuba demuestran lo contrario, recordándonos una época oscura que las nuevas generaciones deben conocer para no repetir.
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