El Papa Francisco muestra una mejoría gradual en su tratamiento contra la neumonía doble, según informó el Vaticano este sábado. A pesar de la evolución positiva, los médicos mantienen un pronóstico reservado.

El Pontífice, de 88 años, permanece estable y sin fiebre en el hospital Gemelli de Roma, donde inicia su cuarta semana de internamiento. Sus niveles de oxígeno en sangre se mantienen adecuados, lo que indica una buena respuesta al tratamiento de su compleja infección pulmonar, diagnosticada tras su hospitalización el 14 de febrero.

Para asistir su respiración, Francisco utiliza oxígeno suplementario durante el día y una máscara de ventilación mecánica no invasiva por las noches. Su condición actual es especialmente delicada debido a que padece una enfermedad pulmonar crónica y le fue extirpada parte de un pulmón en su juventud.

Durante su ausencia, las actividades del Vaticano continúan con normalidad. El cardenal Pietro Parolin oficiará una misa en la Basílica de San Pedro, transmitiendo un mensaje del Papa sobre la protección de la vida. El cardenal Michael Czerny presidirá las oraciones nocturnas y la Misa del Año Santo para voluntarios.

Esta hospitalización, que comenzó por una bronquitis severa y evolucionó a una neumonía doble, representa el período más largo que Francisco ha estado fuera de sus funciones en sus 12 años de papado, lo que ha generado interrogantes sobre el futuro de su pontificado.

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