Richard Abreu Ortiz recuperó su calidad de vida tras someterse a una cirugía de estimulación cerebral profunda para tratar el Parkinson. "Mi vida cambió del cielo a la tierra", afirma.

A los 51 años, Richard experimentó los primeros síntomas: un leve temblor en el pulgar izquierdo y una tos persistente. Como vendedor profesional, tuvo que dejar su trabajo de 11 años debido al avance de la enfermedad.

La cirugía, que duró 6 horas, se realizó en dos etapas:

• Primera etapa: Colocación de electrodos y anclajes cerebrales (paciente despierto)
• Segunda etapa: Conexión del neuroestimulador en el pecho (bajo anestesia total)

El procedimiento, con un costo superior a 3 millones de pesos, requirió que Richard vendiera su casa y vehículos. Recibió apoyo económico de familiares, amigos y su comunidad.

Resultados post-operatorios:

• Desaparición inmediata de la tos y rigidez
• Recuperación de habilidades motoras
• Retorno a actividades como montar bicicleta
• Mayor independencia en tareas cotidianas

Richard enfatiza que, aunque no todos los pacientes califican para esta cirugía, quienes sean candidatos deberían considerarla, ya que puede transformar su vida "en un 99.99%".

Related Articles

Previous Articles