Las fuerzas de seguridad estadounidenses han anunciado un operativo sin precedentes para garantizar la seguridad durante la investidura presidencial de Donald Trump, con especial atención a posibles amenazas de "lobos solitarios".

Un contingente de 25,000 efectivos, entre agentes y militares de la Guardia Nacional, será desplegado el 20 de enero para proteger la ceremonia. El perímetro de seguridad incluirá 48 kilómetros de vallas alrededor del área del evento.

Matt McCool, agente especial del Servicio Secreto en Washington, ha señalado que existe "un ambiente de mayor amenaza" en comparación con la investidura de Biden en 2021. A pesar de esto, asegura que el plan diseñado garantizará la seguridad tanto del público como de las autoridades.

Thomas Manager, jefe de la Policía del Capitolio, ha identificado como principal preocupación los posibles ataques de "lobos solitarios". Esta preocupación se ha intensificado tras recientes incidentes, incluyendo el arresto de una persona que intentó acceder con cuchillos a la capilla ardiente de Jimmy Carter y otra que pretendió incendiar su vehículo cerca del Congreso.

La seguridad se ha reforzado especialmente después de que Trump sufriera un intento de asesinato durante la campaña electoral en julio, cuando una bala le rozó la oreja durante un mitin en Butler, Pensilvania. Los acontecimientos recientes, como el atropello masivo en Nueva Orleans durante el Año Nuevo que dejó 14 víctimas mortales y la explosión de un Tesla frente al hotel Trump en Las Vegas, han aumentado la preocupación por la seguridad.

La ceremonia de investidura se llevará a cabo al mediodía en la escalinata del Capitolio, donde Trump, quien ya gobernó entre 2017 y 2021, jurará el cargo ante miles de asistentes reunidos en la Explanada Nacional de Washington.

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