El Gobierno argentino de Javier Milei denunció un presunto intento de desestabilización tras una protesta que dejó más de 100 detenidos y cerca de 50 heridos en las inmediaciones del Congreso.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó los hechos como de "extremísima gravedad", alegando que los manifestantes portaban armas blancas y de fuego. La protesta, que reunió a sindicatos, organizaciones sociales y aficionados del fútbol, apoyaba a jubilados que reclaman actualización de pensiones.

Las autoridades presentarán una denuncia penal contra los detenidos por sedición y resistencia a la autoridad. Además, solicitarán la expulsión inmediata de dos extranjeros (un mexicano y una peruana) detenidos durante la manifestación.

Bullrich señaló a Leandro Caprioti, hincha de Chacarita Juniors, como organizador principal y acusó a municipios peronistas de facilitar la organización de los "violentos". El gobierno cuestiona la decisión de la jueza Karina Andrade de liberar a 114 detenidos.

Entre los heridos destaca el fotógrafo Pablo Grillo, quien permanece grave tras recibir el impacto de un cartucho de gas. En respuesta, reporteros gráficos realizaron un "camarazo" frente al Congreso, exigiendo la destitución de Bullrich.

La ministra lamentó el estado de Grillo pero defendió el uso "correcto" del armamento no letal, argumentando que el impacto fue resultado de un rebote en una barricada encendida por manifestantes.

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