Rickey Henderson, el legendario ladrón de bases y miembro del Salón de la Fama del Béisbol, falleció a los 65 años debido a una neumonía en Oakland, California.

Henderson, considerado el mejor ladrón de bases en la historia del béisbol, estableció el récord de 1,406 bases robadas en su carrera, una marca que permanece imbatible. También mantiene el récord de carreras anotadas (2,295) y jonrones al iniciar el juego (81).

Durante su extraordinaria carrera de 25 años, Henderson fue seleccionado 10 veces al Juego de Estrellas y nombrado MVP de la Liga Americana en 1990. Su mejor temporada fue en 1982, cuando estableció el récord de 130 bases robadas en una temporada, una marca que ningún jugador ha superado desde entonces.

Jugó principalmente con los Athletics de Oakland durante 14 temporadas, aunque también formó parte de otros ocho equipos, incluyendo destacadas etapas con los Yankees (1985-89) y los Mets (1999-2000). El 1 de mayo de 1991, superó el récord histórico de bases robadas de Lou Brock.

Henderson se retiró en 2003 con impresionantes estadísticas: 3,055 hits, 297 jonrones y un OPS de .820. Fue exaltado al Salón de la Fama en su primera aparición en la boleta en 2009, dejando un legado imborrable como uno de los jugadores más emocionantes en la historia del béisbol.

Sus ex compañeros, incluyendo a Dave Winfield y Mike Piazza, han expresado sus condolencias, recordándolo no solo por su extraordinario talento en el campo sino también por su generosidad y calidez humana.

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