Al menos nueve personas fallecieron por las fuertes tormentas que azotaron Kentucky y Georgia, Estados Unidos, dejando un rastro de destrucción e inundaciones masivas.

Ocho víctimas mortales se registraron en Kentucky y una en Georgia. Los servicios de emergencia realizaron más de mil rescates en las últimas 24 horas debido al "enorme" impacto del temporal.

El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, declaró el estado de emergencia y advirtió sobre la gravedad de la situación, con más de 300 carreteras cortadas. El impacto en el estado se considera histórico, con deslizamientos de tierra en el este y oeste que han creado condiciones extremadamente peligrosas.

La emergencia requirió la evacuación de 52 personas mayores de una residencia en Red Boiling Springs, Tennessee. Los daños en la infraestructura eléctrica han dejado sin servicio a:

• 265.000 usuarios en Georgia
• 183.000 en Alabama
• 64.000 en Mississippi
• 20.000 en Luisiana
• 60.000 entre Kentucky, Virginia y Tennessee

El presidente Trump declaró la zona como área de desastre federal, facilitando la llegada de fondos federales para la recuperación de las áreas afectadas. Esta catástrofe ocurre apenas dos años después de que Kentucky sufriera inundaciones devastadoras que cobraron 43 vidas.

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