La inspiradora historia de Ramón de León es un testimonio de cómo una casualidad puede transformar una vida. De recogebolas en el Santo Domingo Country Club, se convirtió en medallista centroamericano de racquetball, demostrando que la pasión y la perseverancia pueden superar cualquier obstáculo.

Todo comenzó cuando, durante un simple mandado en el área de racquetball del club, quedó cautivado por este deporte. A pesar de no ser socio del club y no poder practicarlo allí, su determinación lo llevó al Centro Olímpico para entrenar profesionalmente en 2006.

El camino no fue fácil. Entre 2006 y 2009, De León enfrentó dificultades económicas que lo obligaron a alejarse temporalmente del deporte para mantener a su familia. Como muchos atletas de disciplinas menos populares, tuvo que buscar trabajo adicional para sostenerse.

En 2014, motivado por la llegada de un nuevo entrenador y estrategias renovadas, regresó al racquetball con más fuerza. Esta decisión dio frutos cuando, junto a María Céspedes, conquistó la medalla de bronce en dobles mixto en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, marcando un hito histórico para el racquetball dominicano.

"Mi intención primero era jugarlo como hobby, pero se convirtió en mi pasión", reflexiona De León. Su historia demuestra que los grandes logros pueden nacer de las coincidencias más simples, siempre que se persigan con determinación y coraje.

Related Articles

Previous Articles