David Jones, nacido en el barrio Guachupita de Santo Domingo, representa una historia inspiradora de superación y determinación. A pesar de crecer en un entorno marcado por la pobreza y la delincuencia, encontró en el baloncesto y el apoyo familiar su camino hacia el éxito.

"Por mis padres no fui delincuente", afirma Jones, reconociendo el papel fundamental que jugaron sus progenitores, Rafaela García y David Jones, en mantenerlo alejado de las malas influencias. "Ellos nunca se despreocuparon por mí. Siempre estuvieron pendientes", destaca el deportista.

Las dificultades económicas marcaron su juventud. "A veces en la casa no había dinero para cenar" y "fueron muchas las veces que tuve que ir a la cancha en chancletas porque no tenía tenis", recuerda Jones. Sin embargo, estas adversidades no impidieron que persiguiera su sueño.

Su talento lo llevó a Estados Unidos, donde brilló en el baloncesto universitario. En DePaul, logró el primer triple-doble en la historia del programa con 22 puntos, 14 rebotes y 10 asistencias contra Georgetown. Posteriormente, firmó contratos con los Philadelphia 76ers y Utah Jazz de la NBA.

Aunque su paso por la NBA fue breve, su carrera continúa desarrollándose en la G League, destacando con los Capitanes de Ciudad de México. "Confío en mi talento y sé que Dios puede abrir otra puerta", afirma Jones, quien considera opciones en Europa o Asia para continuar su carrera profesional.

La historia de David Jones demuestra cómo la combinación de apoyo familiar, pasión por el deporte y determinación puede transformar vidas, incluso en los entornos más desafiantes, convirtiéndose en inspiración para jóvenes de comunidades marginadas.

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