Cuando el helado de fresa y chocolate rompe el orden personal
La semana pasada, frente a un desorden, solicité ayuda y recibí como respuesta: "Tómate un té de manzanilla". En lugar de molestarme, recordé el poema "Desiderata" de Max Ehrmann: "Piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio".
Durante 2024, el silencio se convirtió en mi principal herramienta para evitar conflictos innecesarios. Como dijo Winston Churchill: "Nunca llegarás a tu destino, si te paras a tirar piedras a cada perro que te ladre".
Como ciudadanos, nos adaptamos al "nuevo orden" dentro del desorden, creando nuestras propias reglas de convivencia. El problema surge cuando este desorden afecta la convivencia social, como ocurre en el tránsito: semáforos ignorados, adelantamientos indebidos, exceso de velocidad y estacionamientos incorrectos.
Manos masculinas junto a reloj de arena
La lectura de "Los cuatro acuerdos" de Don Miguel Ruiz me enseñó que debemos "Hacer siempre lo máximo que podamos", reconociendo que los resultados variarán según las circunstancias. El autor plantea que la "domesticación social" nos impone una búsqueda constante de perfección para ser aceptados.
Unos días libres al final de 2024 me permitieron reflexionar sobre ser menos exigente conmigo mismo y permitir a otros asumir sus responsabilidades. Como ejemplo de este cambio, me permití disfrutar de un helado de fresa natural y chocolate, recordando otro verso de Desiderata: "En una sana disciplina, sé benigno contigo mismo".
La experiencia me enseñó que establecer cierto desorden dentro del orden personal, sin afectar a otros, puede ser saludable. Para 2025, me propongo encontrar un mejor equilibrio entre responsabilidad y autocuidado, permitiéndome necesarios momentos de descanso y relajación.
La historia concluye con una ironía: la misma persona que me sugirió tomar té de manzanilla luego me reclamó por mi falta de diligencia. Mi respuesta, serena y reflexiva, fue devolverle su propio consejo, aunque ignoro si lo tomó tan literalmente como yo.