La Casa Blanca acusa a China de promover activamente el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, señalando específicamente que el país asiático "sostiene y expande el negocio de envenenar a ciudadanos estadounidenses".

Esta acusación se formalizó mediante una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, que establece aranceles del 10% a todos los productos chinos a partir del próximo martes.

La orden ejecutiva se centra en la presunta responsabilidad de China en el tráfico de fentanilo y otras drogas ilícitas, dejando de lado el tradicional argumento del déficit comercial (367.000 millones de dólares en 2022).

Específicamente, el documento acusa al Partido Comunista Chino de:

• Subvencionar e incentivar a empresas químicas chinas para exportar fentanilo
• Facilitar la exportación de precursores químicos para producir opioides sintéticos
• Dar apoyo y refugio a organizaciones criminales transnacionales
• Permitir el lavado de dinero proveniente del tráfico de drogas

La Casa Blanca argumenta que China, con su capacidad demostrada para controlar la disidencia política, podría fácilmente reducir el tráfico de opiáceos, pero "sencillamente no quiere hacerlo".

Además, la administración Trump advierte que si China toma represalias contra esta medida, Estados Unidos podría incrementar los aranceles o expandir su alcance para garantizar la efectividad de la acción.

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