Aída Cartagena Portalatín: El legado poético de Una mujer está sola
El espíritu poético de Aída Cartagena Portalatín se manifestó a través de una abundante obra literaria enfocada en la lucha de las mujeres durante la era de Trujillo. Su trabajo como académica e investigadora, especialmente en antropología africana, enriqueció su perspectiva literaria.
Retrato antiguo de Aida Cartagena
Su obra poética destaca por un exquisito uso del lenguaje y elegantes metáforas que reflejan su profundo humanismo. La palabra surge del sentimiento concreto y la ingravidez de su emoción, narrando la existencia humana a través de versos de singular belleza.
En 1955 publicó "Una mujer está sola", obra que sobresale por sus tonos rítmicos y estructura original. Sus poemas incorporan una sensibilidad magnética que se transforma en lúcidas emociones, enfatizando la belleza y la técnica poética.
La obra de Cartagena Portalatín se caracteriza por:
- Una imaginación densa y concreta
- Una función poética orientada a la naturaleza pura del poema
- Una cobertura simbólica y paradigmática
- Un sustrato autobiográfico
Entre sus poemas más destacados se encuentran "Mi mundo el mar", "Del sueño al mundo", "Víspera del sueño" y "Estación del canto". Su obra refleja influencias de grandes artistas como Milton y Henri Matisse.
Del poema "Una mujer está sola":
"Una mujer está sola. Sola con su estatura. Con los ojos abiertos. Con los brazos abiertos. Con el corazón abierto como un silencio ancho. Espera en la desesperada y desesperante noche sin perder la esperanza."
Críticos reconocidos como Eugenio Fernández Granell, Andrés Avelino García Solano y Manuel Valldeperes han destacado la profundidad, sinceridad y fuerza expresiva de su obra poética, reconociéndola como una voz única en la literatura dominicana.